Si Usted es un amante del vino y se preocupa en escoger los mejores, descubra cómo guardarlos para que el “tiempo” se convierta en el mejor compañero y no, en un enemigo.

Recuerde que la mejor manera de guardar un buen vino, es en botella. 

Muchas veces, llevados por el entusiasmo o por una propaganda errónea, se desea conservar el vino en un recipiente de madera o barrica. Pues, lamentablemente, los desanimaremos. La barrica, aunque sea de muy buena calidad, debe ser mantenida y controlada muy celosamente. Se debe evitar la penetración de aire y la proliferación de bacterias, hecho bastante difícil de controlar en casa. Generalmente, cuando se percibe un aroma o gusto raro en el vino, ya lo hemos perdido totalmente en cuanto a la calidad se refiere.

Según el tipo de elaboración y calidad del vino, será óptimo guardarlo o no. 

Hoy, muchos vinos se elaboran para ser consumidos jóvenes y frescos, pues estos 

no son aconsejables para guardar mucho tiempo. Sí lo son, los llamados, vinos de 

guarda. Antes de guardarlo, se debe examinar el corcho, que esté en buenas 

condiciones y no presente manchas de humedad u hongos

No intente guardar vinos blancos baratos ya que, si poseían la virtud de la frescura, la perderán con el tiempo. Es aconsejable ir comprando estos vinos en la medida que se vayan necesitando.

En la alta gama de vinos, esto debería ser diferente, la guarda los enaltecerá en sabor, vigor, fuerza, complejidad, fineza y otro tipo de virtudes.

Aunque nada puede igualar el ambiente ideal de un antiguo sótano de bodega, fresco, oscuro y tranquilo, se pueden tratar de imitar las mejores condiciones. El sótano sigue siendo  el mejor lugar para guardar y conservar vinos. Si no lo posee, trate de imitar las condiciones ideales de temperatura fresca y constante, oscuridad, tranquilidad y humedad. 

Temperatura ambiente

Entre: 7°C a 18°C. Ideal: 10°C. De esta manera los vinos blancos se encuentran a la temperatura ideal de consumo y los tintos va envejeciendo lentamente. Temperatura Media Óptima: 15°C

Recuerde que el vino no será perjudicado por oscilaciones de temperatura lentas y moderadas, pero sí por cambios repentinos u bruscos. 

Oscuridad

La luz no sólo envejece a los vinos prematuramente, sino que facilita una serie de reacciones químicas, que terminan por alterarlo, especialmente a los blancos envasados en botellas transparentes. (o claras que permiten el paso de rayos ultravioletas).

Humedad

Ésta debe ser moderada, permitiendo que los corchos de las botellas permanezcan elásticos y flexibles, impidiendo que se resequen el forma excesiva y se contraigan, facilitando la entrada de aire a la botella. Si la humedad es excesiva, ésta perjudica etiquetas y cajas. Para impedir este tipo de inconvenientes, Hugh Johnson sugiere rociar las etiquetas con spray para el cabello que no contenga perfume o con otro tipo de fijador con estas cualidades. Ésta será una buena manera de proteger a las etiquetas de la humedad.

Supongamos que Usted no tiene bodega y desea acondicionar un sector de su casa para guardar esos exquisitos vinos seleccionados. ¿Cómo puede crear estas condiciones ideales para la conservación de los vinos?

Puede crear una bodeguita en el sótano de su casa. Esta solución estaría bastante cerca de lo ideal. Foto N°1.

Otra solución ingeniosa, es la citada por H. Jonson, realizando bajo tierra una bodega en espiral, creada con módulos de hormigón. Si no puede realizarlo bajo tierra, podrá ocupar cualquier espacio disponible que cumpla aproximadamente con las condiciones propicias. Lo ideal sería encontrar una habitación pequeña o un armario que carezca de pared exterior para así crear nosotros un buen aislamiento. Foto N°2.

Los cajones en vez de ser de hormigón, pueden ser de madera. Cuidando que queden bien unidos y las botellas en perfecta posición horizontal. Foto N°3.  

Si tiene hormigón y unas tejas que le hayan sobrado, puede colocarlas de  manera que las botellas queden en posición horizontal. Observa que el corcho permanezca mojado con el vino contenido en la botella. Foto N°4.

Utilizar un “armario bodega” o “guarda vinos” diseñados para posibilitar un almacenamiento a largo plazo a temperaturas controladas termostáticamente, y que puede contar son secciones separadas (por ejemplo, un compartimento frío para que la champaña se mantenga listo para consumir).

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