¿A qué se debe?¿Puedo beberlo sin problema? 

Suele ocurrir que Usted ha adquirido un vino, tinto o blanco y lo sirve a sus invitados. Una vez en la copa, comienza a moverlo y observa que en las paredes y en el fondo de la misma, aparecen cristalitos muy pequeños, como “granitos de sal”.

Usted se pregunta ¿qué le sucedió a este vino?¿puedo beberlo sin problema?

Existe una explicación sencilla. En el vino coexisten algunas sales disueltas, como el “bitartrato de potasio”. Estas sales se insolubilizan y precipitan con el frío. Es decir que si un vino naturalmente pasa el invierno en una vasija en bodega, el frío natural o provocado, lo estabilizará, para que las sales precipiten en el fondo de la vasija. 

En bodega, generalmente se eliminan gracias a los trasiegos (se pasa el vino de una vasija a otra).

Pero, puede ocurrir que los vinos se venden demasiado jóvenes y no lograron este tipo de estabilización en bodega. Cuando por alguna razón, las botellas de vino tienen que sufrir temperaturas inferiores a las que tenían en la vasija o los toneles, es casi seguro que precipitarán estos cristales

Suele ocurrir que si Usted ha tenido guardadas las botellas por algún tiempo en su bodeguita y ésta tiene demasiada alternancia de frío y calor, o ventilaciones extremas, aparezcan también, estos precipitados.

Si bien hay que procurar evitar en lo posible este tipo de alteraciones, ésta, en particular, no afectan en nada a la salud y al resto de la sanidad del vino, por lo que Usted puede realizar una filtración casera del mismo, pasando el vino a una botella limpia cuidando que no pase los cristales. Antes de filtrar deje la botella en reposo,  suficiente tiempo, como para que los cristales se asienten en el fondo de la botella y le sea  más fácil el trasvaso a otra limpia.

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